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Los medicamentos no siempre engordan. Sin embargo, es cierto que algunas clases de medicamentos pueden tener como efecto secundario el aumento de peso, debido a su acción orexigénica (acción susceptible de aumentar el apetito). Sin embargo, estos efectos no se observan en todos los pacientes.
Por supuesto, en caso de aumento de peso inesperado, siempre es aconsejable consultar a su médico para tomar las medidas adecuadas. En ningún caso debe interrumpir el tratamiento por iniciativa propia.
¿Has engordado? ¿Cuál es tu peso ideal?
Lista: ¿Qué medicamentos engordan?
Según una publicación de la Clínica Mayo (un centro médico universitario con sede en Estados Unidos), se sabe que varias clases de medicamentos favorecen el aumento de peso. He aquí los fármacos más conocidos por provocar un aumento de peso durante el tratamiento.
Antidepresivos y neurolépticos
Los antidepresivos recetados para aliviar los síntomas de la depresión grave y el retraso motor son eficaces para restablecer la energía, el placer y los pensamientos positivos. Sin embargo, también tienen el efecto de reducir la sensación de saciedad y, por tanto, aumentar el apetito. Esto puede provocar un aumento de peso, sobre todo en las personas deprimidas que carecen de actividad física. Los antidepresivos también pueden alterar o ralentizar el metabolismo, contribuyendo al aumento de peso.
Lo mismo ocurre con los neurolépticos, fármacos psicotrópicos recetados para aliviar afecciones que afectan al sistema nervioso central. Tienen el efecto de estimular tu apetito y disminuir el metabolismo de tu cuerpo. Como resultado, tu cuerpo consume menos calorías y almacena más.
Cortisona o corticoides
En dosis elevadas y cuando se toma durante periodos prolongados, la cortisona puede provocar un aumento de peso. Este medicamento, prescrito para tratar inflamaciones o alergias, puede provocar retención de sal y agua. Favorece el edema y la distribución de las células grasas, que se concentran sobre todo en la cara, el cuello y la cintura.
Antidiabéticos
Muchos antidiabéticos orales o inyectables, como la insulina, pueden provocar aumento de peso porque favorecen el almacenamiento de glucosa en el organismo. Si la glucosa no se utiliza para gastar energía, se almacena en forma de grasa. Por eso es importante combatir el sobrepeso ligado a la diabetes comiendo sano, vigilando el tamaño de las raciones y haciendo ejercicio
Antihipertensivos y betabloqueantes
Estos fármacos, utilizados para tratar la hipertensión, favorecen la retención de sal y agua. Al hincharse los tejidos, tienden a formar edemas.
También afectan a la termogénesis. La termogénesis se refiere a la producción de calor como resultado de las actividades metabólicas del organismo. Cuando se estimula la termogénesis, aumenta el gasto energético y es menos probable que el exceso de energía se almacene en forma de grasa.
Tras varios estudios, los especialistas han llegado a la conclusión de que los betabloqueantes tienden a reducir la termogénesis, lo que provoca una mayor acumulación de grasas en los tejidos y una mayor oxidación de las grasas en el organismo.
Por tanto, los pacientes en tratamiento prolongado con betabloqueantes deben prestar mucha atención a su peso, controlando su dieta y realizando una actividad física, aunque sea moderada.
Píldora anticonceptiva
Algunas píldoras anticonceptivas tienen el efecto secundario de provocar un aumento de peso. Por supuesto, esto no es automático y no afecta a todas las mujeres.
Esto se explica por la presencia de estrógenos en estas píldoras y el efecto anabólico de los progestágenos, que se cree que favorecen la retención de agua y sal, lo que provoca un aumento de peso. Además, se cree que estas hormonas influyen en la formación de tejido adiposo y en la distribución de la grasa, sobre todo en los muslos y las nalgas.
Afortunadamente, no todas las píldoras tienen este efecto sobre el peso. Hoy en día, existen píldoras de «nueva generación » con un menor contenido en estrógenos y un efecto menos significativo de los progestágenos sobre el peso.
Esta situación también debe ser objeto de investigación sobre los factores externos que favorecen el exceso de peso, como un cambio de dieta, dejar de fumar, etc. Además, debe consultarse a un ginecólogo si el aumento de peso llega a ser importante.
Somníferos y antihistamínicos
Los somníferos y antihistamínicos recetados para combatir las alergias contienen una molécula llamada difenidramina. Esta sustancia, que tiene un efecto sedante sobre el organismo, provoca una reducción del metabolismo básico. Como consecuencia, el organismo gasta menos energía, lo que provoca un aumento de peso.
Aumento de peso y medicamentos: ¿qué soluciones existen?
¿Cómo evitar el aumento de peso asociado a la medicación?
Ante todo, si tu medicación te está haciendo ganar peso, es muy recomendable que te pongas en contacto con tu médico de cabecera para encontrar soluciones que lo eviten. Es posible que tu médico pueda hacer cambios en tu tratamiento, como cambiar de medicamento o reducir la dosis
¡Algunas medidas de prevención!
En todos los casos, la mejor forma de prevenir los efectos secundarios de estos fármacos es vigilar tu alimentación, seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente para evitar el sobrepeso.
En caso de edema o retención de líquidos, es aconsejable limitar el consumo de sal y de alimentos grasos y azucarados. Privilegia ciertas frutas y verduras cuyas fibras naturales tienen un efecto drenante: alcachofas, espárragos, apio, pepinos, melones, melocotones, uvas, etc., así como las proteínas orgánicas (pavo, pollo, pescado, huevos, etc.). También debes beber una media de 1,5 litros de agua al día. Para las piernas hinchadas por edema, puedes elevarlas o masajearlas de abajo arriba.
